Bogotá, 13 de agosto de 2025 – El país se vistió de luto para despedir al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, asesinado el pasado 7 de junio durante un acto político en Bogotá. Lo que comenzó como una jornada electoral en Fontibón terminó en tragedia cuando un hombre armado abrió fuego contra el político a escasos metros de la tarima, provocándole heridas mortales que lo mantuvieron en coma durante dos meses.
Este crimen no solo ha golpeado a su familia y simpatizantes, sino que ha reabierto heridas históricas: su madre, la periodista Diana Turbay, fue secuestrada y asesinada en 1991 por el cartel de Medellín, en otro episodio que marcó el capítulo más oscuro del narcoterrorismo en Colombia.
El último adiós
Durante dos días de cámara ardiente en el Capitolio Nacional, miles de colombianos hicieron fila para rendirle homenaje. El féretro, cubierto con la bandera tricolor y rodeado de coronas florales, fue custodiado por miembros de la Guardia Presidencial y visitado por políticos de todas las corrientes ideológicas, representantes diplomáticos y ciudadanos del común.
El cortejo fúnebre partió luego hacia la Catedral Primada de Bogotá, donde se realizó una misa solemne en la que participaron expresidentes, ministros, congresistas y líderes sociales. Desde allí, el ataúd fue llevado al Cementerio Central, donde recibió sepultura junto a figuras históricas de la política nacional.
Un crimen que sacude la política
El asesinato de Uribe Turbay ocurre en un momento de fuerte polarización en Colombia y a menos de un año de las elecciones presidenciales de 2026. Como líder de oposición al gobierno de Gustavo Petro y figura ascendente dentro de la centroderecha, su muerte ha sido calificada por varios dirigentes como un “magnicidio” con alto impacto en el panorama electoral.
El expresidente Álvaro Uribe Vélez acusó directamente a un “ambiente de odio” alimentado desde el poder, mientras que otros líderes como Federico Gutiérrez y Enrique Peñalosa advirtieron que este hecho debe ser un punto de inflexión para frenar la violencia política.
Reacciones nacionales e internacionales
La conmoción traspasó fronteras. Gobiernos y organismos internacionales condenaron el atentado y exigieron que se garantice la seguridad de todos los actores políticos en la contienda electoral. Exmandatarios iberoamericanos, reunidos en el foro IDEA, enviaron un comunicado reclamando una investigación independiente y transparente.
Desde el gobierno nacional, el presidente Gustavo Petro expresó sus condolencias, aunque evitó pronunciarse sobre las acusaciones de sectores opositores. La vicepresidenta Francia Márquez pidió “cerrar el capítulo de la violencia como herramienta política”.
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