El expresidente Álvaro Uribe Vélez volvió a encender la discusión política nacional al lanzar fuertes críticas contra el manejo económico del gobierno de Gustavo Petro. En un pronunciamiento divulgado a través de sus redes sociales, el líder del Centro Democrático acusó al mandatario de disparar el gasto público de manera irresponsable, calificándolo de “derrochón” y advirtiendo que esa política amenaza con desestabilizar la economía colombiana.
Uribe aseguró que las cifras oficiales revelan un incremento sin precedentes en el gasto del Estado, especialmente en burocracia, subsidios y programas que, según él, no cuentan con mecanismos claros de sostenibilidad. “El gobierno de Petro no entiende que los recursos no son infinitos. Gasta y gasta sin medir consecuencias. Es un derroche que pagarán los ciudadanos con más impuestos y con inflación”, afirmó.
El expresidente, conocido por su estilo directo, cuestionó también la intención del Ejecutivo de aumentar el presupuesto de funcionamiento mientras, en su opinión, descuida la inversión productiva. “En lugar de fortalecer sectores que generan empleo y riqueza, Petro dedica los dineros públicos a mantener una burocracia creciente y a promesas populistas que no tienen respaldo financiero”, recalcó.
El pronunciamiento se suma a la creciente tensión entre el uribismo y el actual gobierno, que en las últimas semanas ha chocado en temas de seguridad, política exterior y, ahora, en el rumbo económico. Desde el Pacto Histórico, varios congresistas salieron al paso de las críticas asegurando que los señalamientos de Uribe no corresponden con la realidad y que la apuesta del gobierno es ampliar la inversión social para reducir la desigualdad.
“El presidente Petro no derrocha, invierte en la gente. Lo que sucede es que por primera vez el presupuesto se prioriza para educación, salud, campesinos y jóvenes, y no para favorecer a las élites”, respondió la senadora María José Pizarro, defendiendo la estrategia económica oficial.
Economistas independientes advierten que el debate es más complejo de lo que plantean ambos sectores. Si bien el gasto público ha crecido en este gobierno, en parte por compromisos adquiridos en anteriores administraciones y por el impacto de la coyuntura global, también es cierto que Colombia enfrenta un déficit fiscal que obliga a revisar con lupa cada peso que se invierte.
Uribe, sin embargo, insistió en que el país está en riesgo si no se frena el ritmo actual de gasto. “Cuando un gobierno se vuelve derrochón, los más pobres terminan siendo los más golpeados. La inflación, la devaluación y el desempleo son consecuencias directas de este camino equivocado”, sentenció.
La denuncia del expresidente se suma a un clima de creciente polarización. Mientras el uribismo busca posicionar el tema como una bandera de oposición rumbo a las elecciones de 2026, el petrismo insiste en que el gasto público es la única vía para lograr transformaciones reales en un país históricamente desigual.
En medio de este cruce de discursos, la economía colombiana sigue enfrentando desafíos: un déficit que ronda el 5 % del PIB, compromisos internacionales de deuda y la presión de distintos sectores que exigen mayor inversión en infraestructura y seguridad. El debate sobre si el gasto es “derroche” o “inversión social” promete seguir siendo uno de los principales campos de batalla política en los próximos meses.
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