El dirigente político Alfredo Saade enfrenta una ola de críticas luego de que, en medio de un evento con simpatizantes, afirmara que los riesgos que asume en la política son comparables a “andar en bicicleta”. La frase, pronunciada en tono coloquial, rápidamente se viralizó y provocó reacciones de rechazo desde distintos sectores políticos y sociales.
En el encuentro, Saade buscaba transmitir un mensaje de perseverancia y equilibrio frente a los desafíos de la vida pública. “En la política, como en la bicicleta, si uno se detiene, se cae. Hay que seguir pedaleando pese a los riesgos”, dijo. Sin embargo, para muchos la comparación resultó inadecuada, especialmente en un contexto como el colombiano, donde líderes sociales, concejales, alcaldes y opositores han sido víctimas de amenazas, atentados y asesinatos.
Varios congresistas, defensores de derechos humanos y periodistas señalaron que la metáfora trivializa una problemática grave y constante. “No se puede poner al mismo nivel el riesgo de sufrir un accidente en bicicleta con el riesgo de ser asesinado por ejercer la política en regiones controladas por grupos armados”, afirmó un representante de la oposición.
En redes sociales, las críticas no se hicieron esperar. Usuarios recordaron casos recientes de homicidios contra líderes comunitarios y señalaron que expresiones como la de Saade invisibilizan el peligro real que enfrentan quienes hacen oposición o defienden causas sociales. Otros, por el contrario, defendieron al dirigente, interpretando sus palabras como una forma simbólica de alentar a no rendirse.
Pese a la controversia, Alfredo Saade no ha ofrecido una disculpa pública ni ha retirado su frase. En declaraciones posteriores, sostuvo que su intención fue motivar, no minimizar. “Quise decir que la política requiere constancia, equilibrio y seguir adelante sin miedo. No fue mi intención ofender ni desconocer la realidad del país”, aseguró.
Este episodio se suma a una serie de polémicas recientes que han reavivado el debate sobre el cuidado del lenguaje en la política, especialmente cuando se abordan temas sensibles como la violencia y la seguridad de líderes en Colombia. Analistas señalan que, aunque el uso de metáforas es común, en contextos de alta conflictividad pueden ser interpretadas como insensibles o desconectadas de la realidad.
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