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Tarifas eléctricas en Colombia aumentan 15 % anual: hogares y pymes sienten el impacto en sus finanzas

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Bogotá, 28 de agosto de 2025 – La alta tarifa eléctrica sigue siendo una preocupación central en Colombia, tanto para hogares como para el sector industrial. Según el Global Energy Competitiveness Index, la tarifa promedio para una planta industrial se ubica en US 0,135 por kWh, lo que posiciona al país como uno de los más costosos de la región en materia de energía eléctrica. Este costo coloca a Colombia como el sexto país de Latinoamérica con la energía más cara para la industria, detrás de México, El Salvador, Guatemala, Panamá y Uruguay. En contraste, países como Venezuela, Argentina, Paraguay o Perú muestran tarifas notablemente más bajas —algunas tan bajas como US 0,005 o US 0,02 por kWh—, lo que evidencia la desigualdad energética en la región.

Por su parte, un análisis de Corficolombiana resalta que las tarifas residenciales aumentaron en promedio 15,3 % anual entre 2021 y 2024, lo que representa el mayor encarecimiento en más de 23 años. Este incremento ha impactado directamente los bolsillos de los colombianos: el costo unitario promedio por kWh pasó de $538 en enero de 2020 a $916 en 2024. Para un hogar de estrato 4, la factura mensual de energía pasó de aproximadamente $85.000 a $144.000 por el mismo consumo, lo que muestra un alza que golpea fuertemente la economía de los hogares de clase media.

Varias causas explican esta realidad. El fenómeno de El Niño, prolongado y severo, redujo drásticamente los niveles de los embalses hidroeléctricos —que proveen cerca del 70 % de la electricidad del país—, lo que obligó a depender más de costosas plantas térmicas. Este cambio aumentó abruptamente los precios en bolsa y encareció la energía. Adicionalmente, la estructura tarifaria colombiana —que considera costos de generación, transmisión, distribución, comercialización, pérdidas y restricciones— ha sido un factor decisivo en las altas facturas. El componente de generación es el más significativo, representando casi el 38 % del valor final, seguido por la distribución con el 31 %.

El comportamiento de las tarifas tiene impactos directos sobre la economía cotidiana. Las familias enfrentan facturas más altas mes a mes, lo que afecta su presupuesto doméstico y su capacidad de ahorro. Los sectores con menor capacidad de adaptación, como los estratos medio-bajo, resultan los más golpeados. Al mismo tiempo, los altos costos energéticos reducen la competitividad del sector industrial colombiano frente a rivales regionales, afectando tanto a las pymes como a la gran industria. La región Caribe sufre tarifas aún más elevadas, por encima del promedio nacional, debido a mayores pérdidas de energía y sobrecostos asociados.

Colombia enfrenta una realidad delicada: tarifas eléctricas elevadas tanto para hogares como para el sector industrial. El país destaca entre los más costosos de Latinoamérica, con incrementos significativos en los últimos años y factores climáticos y estructurales que presionan esta tendencia al alza. La competitividad y el bienestar de millones dependen de reformas profundas en el sector energético, que permitan aliviar los precios sin comprometer la sostenibilidad del sistema.

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