El expresidente Iván Duque viajó a Israel en el marco de una agenda que combinó encuentros de alto nivel, actividades académicas y la participación de jóvenes de su fundación en espacios de innovación tecnológica. La visita se convirtió rápidamente en tema central del debate político colombiano, pues además de sostener una reunión privada con el primer ministro Benjamín Netanyahu, Duque fue recibido con honores oficiales por el presidente Isaac Herzog, con quien conversó sobre la importancia de fortalecer la relación bilateral en materia de comercio, emprendimiento, sostenibilidad y seguridad.
Durante el encuentro con Herzog, celebrado en la residencia presidencial, se realizó una ceremonia protocolaria que incluyó guardia de honor, himnos nacionales y un intercambio de mensajes de admiración mutua. El presidente israelí destacó el papel que jugó Colombia durante el mandato de Duque en el fortalecimiento de la alianza entre ambos países, subrayando la firma del Tratado de Libre Comercio que entró en vigor en 2020 y la apertura de la Oficina de Innovación en Jerusalén, un hecho que marcó un precedente histórico en la relación bilateral. Herzog elogió también el liderazgo del exmandatario en asuntos climáticos y de desarrollo sostenible, recordando su participación activa en cumbres internacionales y su apuesta por la economía verde como motor de crecimiento.
Duque, por su parte, agradeció el recibimiento y recalcó que Colombia y el Estado de Israel comparten valores democráticos, desafíos de seguridad y un profundo interés por la innovación. Afirmó que uno de los objetivos centrales de su visita es promover la integración entre jóvenes emprendedores de ambos países, apostando por proyectos conjuntos en tecnología, agroindustria, ciberseguridad y sostenibilidad. Resaltó además que durante su gobierno las exportaciones colombianas a Israel crecieron, especialmente en sectores agrícolas, y que su deseo es que ese vínculo no se detenga sino que se expanda en beneficio mutuo.
El encuentro con Netanyahu se desarrolló en un tono más político y estratégico. Allí hablaron sobre la situación internacional y los retos de la región, en particular la amenaza del terrorismo y la necesidad de fortalecer la cooperación en defensa y seguridad. Duque transmitió un mensaje de respaldo a Israel como aliado en medio de la difícil coyuntura que vive el país debido a la guerra en Gaza, lo que fue agradecido de manera explícita por el primer ministro. Para Netanyahu, el expresidente colombiano representa un socio confiable y un defensor de los valores occidentales frente a la violencia y la deslegitimación que, según él, sufre Israel en varios escenarios internacionales.
La visita generó reacciones inmediatas en Colombia. Dirigentes cercanos al uribismo celebraron el viaje como una muestra de coherencia en la política exterior de Duque, que siempre tuvo a Israel como socio estratégico. Resaltaron que, bajo su mandato, se consolidó una relación bilateral moderna que hoy se refleja en cooperación científica, militar y comercial. Sin embargo, sectores cercanos al actual gobierno de Gustavo Petro criticaron con dureza la reunión. El propio presidente Petro aseguró que Duque estaba apoyando, en sus palabras, “un genocidio” en Gaza, al reunirse con Netanyahu en medio de la ofensiva militar israelí sobre ese territorio. La oposición política lo acusó de mezclar la tragedia humanitaria con disputas internas y defendió a Duque como un líder con voz propia en la diplomacia global.
Analistas internacionales consultados por medios de comunicación señalaron que la visita de Duque tiene varios significados. Por un lado, lo reposiciona en el escenario diplomático como un referente de la centro-derecha latinoamericana que busca mantenerse vigente a través de causas globales como la innovación, el medio ambiente y la seguridad. Por otro lado, plantea un contraste con la línea diplomática actual del gobierno colombiano, que ha optado por distanciarse de Israel en protesta por la crisis humanitaria en Gaza. Ese contraste, dicen los expertos, convierte el viaje en un hecho político que trasciende lo simbólico y puede incidir en el debate interno sobre la política exterior de Colombia.
El expresidente también aprovechó la visita para impulsar su programa Dreamers & Makers, una iniciativa que busca apoyar a jóvenes innovadores y emprendedores. Varios de ellos viajaron con él y participaron en actividades en universidades israelíes, donde compartieron experiencias con estudiantes locales sobre proyectos de sostenibilidad, inteligencia artificial y energías limpias. Duque aseguró que esta interacción es vital para que los jóvenes colombianos se inspiren en el modelo israelí de innovación y lo adapten a las realidades nacionales, con el objetivo de impulsar nuevas industrias y reducir las brechas sociales.
La agenda cerró con un fuerte componente simbólico, cuando Duque fue acompañado por Herzog en un acto de memoria a las víctimas del Holocausto en Yad Vashem. Allí, el exmandatario colombiano reafirmó que la defensa de la vida y la libertad deben ser principios irrenunciables y que la historia recuerda las consecuencias del odio y la intolerancia. Sus declaraciones fueron vistas como una manera de reforzar su mensaje político sobre la necesidad de enfrentar el extremismo y el terrorismo en todas sus formas.
La visita de Iván Duque a Israel marca un nuevo capítulo en su carrera internacional. Mientras en Colombia persisten las tensiones políticas en torno a la postura frente al conflicto en Gaza, el expresidente se proyecta como un puente entre América Latina y Medio Oriente, buscando darle a la relación bilateral un sentido más profundo basado en innovación, comercio y cooperación en seguridad. Para unos, se trata de una jugada inteligente que refuerza su liderazgo internacional; para otros, es un movimiento polémico que evidencia el choque ideológico entre su visión y la del actual gobierno. Lo cierto es que el viaje ha dejado huella en el debate público y confirma que Iván Duque sigue teniendo un rol activo en la política internacional, ahora desde un lugar distinto al Palacio de Nariño, pero con el mismo interés de incidir en los grandes temas de la agenda global.
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