El presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvió a encender el debate geopolítico en la región tras advertir que una eventual invasión militar de Estados Unidos en Venezuela podría convertir a Caracas en “una Siria latinoamericana” y arrastrar de manera inevitable a Colombia hacia un escenario de guerra regional.
Durante un discurso en Bogotá, Petro señaló que el hemisferio no puede repetir los errores cometidos en Medio Oriente, donde intervenciones externas han derivado en décadas de violencia, destrucción y crisis humanitarias. “Si Estados Unidos invade Venezuela, Caracas se convertirá en una Siria, en un campo de batalla sin fin, y Colombia, por razones históricas, geográficas y sociales, no quedará al margen. Sería un desastre para nuestros pueblos”, afirmó.
El mandatario recordó que Colombia ya carga con una de las mayores crisis migratorias del continente, con más de 2,8 millones de venezolanos en su territorio, y aseguró que un conflicto armado multiplicaría los desplazamientos forzados. “Lo que hoy es una migración difícil de manejar se transformaría en un éxodo imposible de contener. La guerra no es solución, solo produce dolor y atraso”, subrayó.
Reacciones en Colombia y la región
Las palabras de Petro encontraron respaldo en sectores de izquierda y movimientos sociales que ven en su discurso un llamado a la defensa de la soberanía latinoamericana frente a presiones externas. Para ellos, el camino debe ser el diálogo político en Venezuela, acompañado de mediación internacional, pero nunca la vía armada.
Sin embargo, la oposición en Colombia criticó duramente al presidente, acusándolo de alinearse con el régimen de Nicolás Maduro. Algunos dirigentes señalaron que Petro exagera escenarios hipotéticos y que su discurso “pone a Colombia del lado de una dictadura”. Otros le reprocharon no mantener una postura más neutral frente a la crisis venezolana, en la que Estados Unidos y la Unión Europea han cuestionado la legitimidad democrática de Maduro.
Desde Venezuela, funcionarios cercanos al chavismo celebraron las declaraciones del mandatario colombiano, calificándolas como una “defensa de la soberanía bolivariana”. Para el oficialismo venezolano, la advertencia de Petro confirma que una intervención militar en el país tendría consecuencias devastadoras no solo para Venezuela, sino para toda la región.
En Estados Unidos, aunque no hubo un pronunciamiento directo sobre las palabras de Petro, analistas recordaron que la administración Biden ha descartado públicamente la opción militar contra Maduro, privilegiando sanciones económicas y negociaciones políticas. No obstante, sectores del Partido Republicano han insistido en que la “presión máxima” debe mantenerse y que una acción militar no debe descartarse en el futuro.
Un fantasma regional
La comparación con Siria no es casual. Petro insistió en que una guerra en Venezuela podría replicar el patrón visto en el país árabe: la intervención externa, el colapso institucional, el desplazamiento masivo y la fragmentación territorial. En su opinión, Colombia sería el país más afectado por su larga frontera de más de 2.200 kilómetros con Venezuela, su interdependencia comercial y sus vínculos sociales y culturales.
Expertos en relaciones internacionales coinciden en que, aunque la hipótesis de una invasión estadounidense luce poco probable en el corto plazo, el discurso de Petro busca prevenir la escalada de tensiones en un momento de fragilidad política en Caracas. “La advertencia del presidente colombiano tiene un trasfondo: evitar que se normalice la idea de una intervención militar como salida a la crisis venezolana”, señaló un analista de la Universidad Nacional.
Una política exterior en disputa
Las declaraciones se enmarcan en la política exterior de Petro, que ha buscado acercamientos con Maduro y ha reabierto las relaciones diplomáticas rotas durante años. Mientras algunos celebran esta apuesta por la integración regional, otros lo acusan de “legitimar” al gobierno chavista.
Lo cierto es que el tema vuelve a colocar a Colombia en el centro del debate hemisférico sobre Venezuela. Petro insiste en que la salida debe ser democrática, negociada y pacífica, y que la comunidad internacional, en lugar de contemplar la guerra, debería acompañar procesos de transición política interna.
Por ahora, la advertencia del mandatario deja claro que Colombia no permanecería indiferente frente a un eventual conflicto armado en Venezuela y que el impacto sería directo en su seguridad, su economía y su tejido social. La pregunta que queda en el aire es si su llamado será atendido por la comunidad internacional o si, como ocurrió en Siria, las tensiones seguirán escalando hasta volverse incontrolables.
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