El presidente Gustavo Petro sorprendió nuevamente con sus declaraciones luego de que se confirmara que Estados Unidos le retiró la visa diplomática, una decisión que ha generado un fuerte revuelo político y diplomático en Colombia. Lejos de mostrarse afectado, el mandatario aseguró que ya organizó un nuevo viaje internacional y que no requiere del visado estadounidense para continuar con su agenda global.
“Yo no necesito la visa de Estados Unidos para seguir representando a Colombia en el mundo. Hay muchos otros países que nos reciben y con quienes podemos construir alianzas estratégicas”, afirmó Petro en un encuentro con medios nacionales, minimizando la decisión de Washington.
La cancelación de la visa, que según fuentes diplomáticas obedece a tensiones crecientes por sus recientes críticas al gobierno de Joe Biden y a su cercanía con regímenes considerados hostiles por Occidente, fue interpretada por analistas como un golpe sin precedentes a la relación bilateral. Sin embargo, Petro optó por mostrarse desafiante y anunció que en las próximas semanas viajará a Europa y a países de América Latina para participar en foros sobre cambio climático, cooperación Sur-Sur y paz regional.
El mandatario incluso ironizó sobre lo ocurrido, asegurando que Colombia “no puede seguir arrodillada” ante una sola potencia y que su gobierno abrirá las puertas a nuevos escenarios de cooperación. “El mundo es más amplio que un solo país. Si Estados Unidos decide cerrarse, es su decisión. Nosotros seguiremos construyendo puentes con quienes quieran avanzar hacia un futuro más justo”, recalcó.
La postura de Petro ya ha provocado reacciones encontradas en el espectro político colombiano. Mientras sectores afines al Pacto Histórico lo respaldan argumentando que se trata de un acto de soberanía y dignidad nacional, la oposición sostiene que se trata de una torpeza diplomática que puede terminar aislando a Colombia en escenarios clave como la lucha contra el narcotráfico, el comercio internacional y la cooperación en seguridad.
Internacionalistas consultados advierten que si bien el presidente intenta mostrar firmeza, la decisión de Estados Unidos no es un asunto menor. Para Colombia, mantener relaciones fluidas con Washington ha sido históricamente un eje de estabilidad económica, política y militar. Romper o debilitar esos lazos podría tener consecuencias impredecibles.
Pese a las críticas, Petro insiste en que su gobierno no se detendrá. “Nuestro proyecto de cambio no depende de una visa ni de una invitación. Depende del pueblo colombiano y del trabajo conjunto con quienes quieran transformar el planeta”, señaló, dejando claro que su discurso se mantendrá en la línea de la confrontación y la autonomía.
Lo cierto es que, tras el retiro de su visa, el presidente colombiano busca capitalizar políticamente la situación y convertirla en una bandera de resistencia frente a lo que él denomina “las presiones imperiales”. Habrá que esperar si su estrategia logra fortalecer su imagen en la comunidad internacional o si, por el contrario, lo aísla de los principales centros de poder.
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